viernes, 28 de abril de 2017

Mi Ciudad

Mi espíritu siempre dispuesto a caminar... Es mi cuerpo el que me hace un poco de peso, pero con voluntad de respirar el Sol de primavera, con guitarra prestada y más historias por construir... Caminar por esos barrios que me vieron comiendo chocolates de a peso, jugando a la payaya o juntando las chapitas con pelota de trapo. Donde me contaban las historias de mi abuelo Fernando a la luz de la tarde y de la mano de mi abuelo Segundo... Donde descansé toda la tarde frente a la tumba de mi abuela Elena, tal vez para resguardar recuerdos de una niñez sin fotografías o de una familia que crecía fuera de las fronteras de otra ciudad donde al llegar siempre la mesa está tendida...

Mi ciudad, donde aún resuenan los acordes de las protestas al son de la Radio Umbral... Mi ciudad que me prestó generosamente sus murallas para esbozar mis primeros poemas para la sorpresa de esos trabajadores consumidos por las micros... Mi ciudad, donde regaba con gladiolos rojos los pórticos nocturnos de mis amores platónicos... Mi ciudad que protegía a este adolescente mutante que por las noches caminaba con un par de cigarros, una lata de spray y escolta de mis compañeros de la Jota.

Mi ciudad, la misma de la que me fuí hace tantos años hoy será la que verá construir las historias de mis hijos... y yo voy para celar sus sueños.

MI CIUDAD...

Fernando